miércoles, 27 de diciembre de 2006

5. EN EL NOMBRE DEL PADRE

TESTAMENTO DE LA HIJA DE GAITÁN
- Quinta parte -


La eutanasia


Mi vida carece totalmente de sentido si no puedo lograr que la Casa-Museo y las edificiones que fueron expropiadas a sus alrededores, cumplan con el papel revolucionario que están llamadas a cumplir como "locus" del pensamiento auténtico de Jorge Eliécer Gaitán.

La Procuraduría General de la Nación, emparentada y permeada, como lo sabe todo el país, por el paramilitarismo, ha decidido castigarme por los mismos hechos por los cuales me exoneraron, con elogios, la Fiscalía General de la Nación y la Contraloría General de la República. La Procuraduría falló sin citar a los testigos que mi defensa solicitó y rechazando que yo respetara la ley que reestructuró al Instituto Gaitán, alegando que yo debía violar esa ley para cumplir otra anterior que le era ajena y contraria. Hubo clara manipulación en la decisión tomada por ese ente de control que actuó de acuerdo con la voluntad expresada por el paramilitarismo. Esta decisión, de inequiívoca inspiración torticera, significará que yo deba vender mi apartamento, de cuya renta ahora vivo y con la cual pago difícilmente los intereses mensuales por la deuda en que incurrí para viajar a Venezuela en pos de un apoyo que nunca conseguí. Al pagar las multas y la hipoteca quedaré sin ingreso alguno y, como es de entender a mi edad, sin alternativa alguna. Ese era el propósito soterrado que orientó a la Procuraduría en su malintencionado fallo.

Como si fuera poco, la Procuraduría me inició un juicio de responsabilidad porque las tumbas de mi papá, la de su esposa y su madre, se encuentran en los jardines de la que fuera su casa, hoy Casa-Museo, alegando que yo había convertido un Monumento Nacional en panteón familiar. Como toda respuesta a este insólito juicio le respondí al procurador con una nota que titulé: "Sí me declaro culpable".

No hay comentarios: